Hidrocarburos de Euskadi proyecta sondear en busca de gas en Montija

El proyecto de la firma vasca es el quinto en tramitación de la comarca, después de los pozos Urraca 1, 2 y 3 previstos por BNK y Bricia 1, promovido por Petroleum Oil & Gas España

La Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama) inició el pasado 12 de diciembre las consultas previas a todas las administraciones afectadas y a las personas vinculadas con la protección del medio ambiente para que se pronuncien sobre el alcance que deberá tener el estudio de impacto ambiental del sondeo exploratorio Angosto-A, proyectado por la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, SHESA, a apenas un kilómetro de Loma de Montija, 2,9 de Villasante y 3,7, de Espinosa de los Monteros.
El pozo proyectado por SHESA en un pastizal de 7.900 metros cuadrados próximo a la pista que comunica Loma con Espinosa conocida como Paraje Puente Vado, sería el quinto en tramitación en toda la comarca. En una fase posterior, pues ya han superado el proceso de consultas del documento inicial y se encuentran en fase de redacción del estudio de impacto ambiental por parte de las empresas aparecen los pozos Urraca 1, 2 y 3 proyectados por BNK Sedano Hidrocarburos y Bricia 1, promovido por Petroleum Oil & Gas España. Mientras, los pozos del permiso Enara que estaban previstos en el Valle de Losa y la Junta de Traslaloma, también por la Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi, parecen no seguir adelante en su tramitación, dado que el Gobierno prorrogó este permiso de investigación, otorgado en 2006, hasta junio de 2014 y no se ha materializado.
SHESA plantea perforar un pozo de 3.600 metros de profundidad que se extendería después otros 500 metros en horizontal. Según el documento inicial presentado por SHESA ante el Magrama, el gas no convencional que busca «está almacenado en formaciones geológicas de muy baja porosidad y permeabilidad matricial». Asimismo, recuerda que en la zona ya se han perforado otros pozos para la exploración de hidrocarburos entre 1960 y 1974. Se trata de dos pozos sondeados en Espinosa, otros dos en El Ribero y uno más en Sopeñano. En todos ellos, salvo en el de Sopeñano, ya se hallaron muestras de gas y de petróleo y gas, pero entonces no existían las técnicas de extracción mediante fractura hidráulica actuales y los pozos no resultaron rentables.
El documento de SHESA asegura que «el Sistema Petrolífero a investigar en la zona en la que se perforará el pozo Angosto-A es suficientemente conocido y probado como generador de petróleo y gas». Asimismo, «se conocen con cierto grado de precisión las características litológicas, estratigráficas y sedimentológicas de las formaciones geológicas presentes en el subsuelo de la zona», añade.

Sin detalles

Los trabajos se extenderían durante tres meses, pero el documento inicial no da muchos detalles del proceso de fracturación hidráulica del subsuelo, porque «los datos disponibles de sondeos en la zona no permiten definir el programa de estimulación». Los análisis del subsuelo que se obtendrían con su perforación serían los que indicarían el tipo de estimulación hidráulica con más precisión.
No obstante, la empresa si avanza que en terrenos de similares características se utiliza ácido clorhídrico puro diluido en agua al 15%, arena y agua con bactericida y reductor de fricción. La idea inicial de la empresa es realizar «cinco etapas de fracturación con una duración estimada de los trabajos de cuatro semanas, en las cuales se incluyen pruebas de producción de corta duración». Si los resultados de la perforación y de las pruebas fueran negativas el pozo se sellaría y la parcela se restauraría.