viernes, 6 de enero de 2012

Ecologistas advierten de que informes del CSN "demuestran que Garoña no está en condiciones de seguir funcionando"

Representantes de organizaciones ecologistas han advertido de que los informes del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) realizados recientemente sobre la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) "demuestran que no está en condiciones de seguir funcionando", ya que exigen "cambios profundos" para garantizar la seguridad, como son la sustitución de kilómetros de cables, el aislamiento de la sala de control frente a gases radiactivos o la subsanación de los problemas de refrigeración que están provocando el calentamiento del río Ebro.
Así responden Ecologistas en Acción y Greenpeace ante la decisión del Ministerio del Industria de pedir al CSN la elaboración de un informe sobre la prolongación de la vida útil de la central, cuyo cierre estaba previsto para el año 2013, según ha anunciado en rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría.

El portavoz de la campaña nuclear de Ecologistas en Acción, Paco Castejón, ha insistido en que "es una locura" prolongar la vida de Garoña y que "lo sensato, sería cerrarla ya mismo". "Con los informes de 2009 ya se puso de manifiesto la gran cantidad de defectos y elementos degradados que tiene la central, algo que ahora se confirma con las pruebas de resistencia", ha apostillado.

Castejón ha sentenciado que tener en funcionamiento la central "supone un riesgo para la población y el medio ambiente" y ha advertido de que llevar a cabo "los parches requeridos" tendrán como consecuencia "una inversión multimillonaria". En cualquier caso, ha afirmado que no le sorprende la decisión del Partido Popular "por su cercanía a las grandes empresas eléctricas".

Por su parte, el responsable de la campaña anti-Nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, ha advertido de que es "un gravísimo error" el que va a cometer el Gobierno del Partido Popular "si trata de prorrogar la vida de una central que es obsoleta y sumamente peligrosa" y ha apuntado que la petición de un informe al CSN es "un cambio importantísimo", ya que si el objetivo es aguantar hasta 2019 las pruebas a las que se debería enfrentar la central tiene que ser más duras".

Bravo ha recordado que "se trata una central prescindible debido a que su escasa producción eléctrica esta sobradamente compensada por la producción con las energías renovables". Asimismo, ha añadido que cuenta con "otro problema grave, que fue el que motivó la decisión de cierre para 2013", y es que "ya no puede hacer más recarga de combustible en las piscinas porque están ya saturadas".

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