miércoles, 23 de noviembre de 2011

Fracking: ¿Un manchón en la Green Capital?

Dos meses después de que Patxi López diera a conocer el proyecto de extracción de gas para Euskadi, las autoridades han decidido coger el toro por los cuernos de una vez y empezar a hablar. Las dudas que plantea el proyecto son muchas, principalmente porque la técnica de extracción está prohibida en Francia, y existe una moratoria en estados de EEUU.
El Ayuntamiento ya ha encargado un informe al Centro de Estudios Ambientales. Y es que se quiere evitar a toda costa que el Fracking suponga una mancha en el currículum de la Capitalidad Verde.


Ayuntamiento, Diputación, Gobierno Vasco y Ministerio de Medio Ambiente formarán una comisión interinstitucional para analizar el proyecto. Un proyecto que Patxi López vendió a bombo y platillo, pero que parece que se está enfriando tras ver la fuerte oposición que está levantando.
Habrá que esperar a ver si los políticos no buscan con esta comisión generar más opacidad y cerrar las bocas de voces autorizadas que insisten en la locura de que la Green Capital vaya a ser una de las escasas ciudades de Europa en las que se ha aprobado esta técnica. De hecho, pese a que las reservas de gas en la roca se acumulan por todo el continente, tan solo Polonia realiza estas extracciones.
La constitución de este órgano ha sido anunciada por la Concejal de Medio Ambiente, Idoia Garmendia esta mañana en comisión, donde también ha explicado que los objetivos de la misma serán los de tener información técnica de primera mano “precisa y estricta” para fijar el ámbito competencial de cada institución y estar bien coordinados para “no generar incertidumbres entre la ciudadanía sino para aportar certezas y seguridades, que es para lo que están las instituciones”.
Hay que tener en cuenta, además de la posible contaminación, que el agua para la extracción se utilizaría del acuífero de Subijana (reserva de agua ante sequías). Además será necesario construir una balsa de decantación, impermeable, para depositar allí los desechos y los lodos que se obtengan, donde deberán permanecer por un tiempo bastante prolongado.
Importantes costes
La ubicación de la fuente de energía, entre la roca, impide utilizar las técnicas tradicionales de bombeo, lo que en un principio parecía que se iba a traducir simplemente en un encarecimiento notable de los costes. Sin embargo, esta técnica, denominada fracking, puede provocar afecciones al ecosistema y al subsuelo. El mayor riesgo reside precisamente en que el subsuelo de toda la llanada alavesa es un gran acuífero, que podría verse afectado por las extracciones.
Para separar el gas de la roca, la técnica obliga a perforar verticalmente primero y luego horizontalmente. Una vez alcanzado el gas, se inyecta agua a presión, acompañada por productos químicos ‘secretos’, que permiten al gas ser liberado, ascendiendo en forma gaseosa a la superficie, donde finalmente se aprovecha.
Pero en el subsuelo éstos compuestos pueden pasar fácilmente a los acuíferos subterráneos, alcanzar los cultivos y llegar a la cadena trófica, con el consecuente riesgo para la salud de personales y animales.
Opacidad
Hay que tener en cuenta además que son varias las decisiones que se han tomado para evitar la declaración de impacto ambiental. Y es que las empresas que trabajarán en el Gran Enara son conscientes de que sus propuestas no pasarían por ese filtro. Por ello, por el momento han decidido reducir a la mínima expresión las perforaciones. Lo que se hará a lo largo de 2012 será tan sólo una prueba, un sondeo, con el que poder establecer la viabilidad de dicho plan. Pero el sondeo costará 100 millones de euros, de los cuales el Gobierno Vasco invertirá 43 millones. El resto lo harán Heyco y Cambria Europe, dos empresas ampliamente cuestionadas por sus políticas.
Parece claro que, sin viabilidad, una empresa extranjera no invertiría 57 millones de euros en unos sondeos. La zona del Gran Enara comprende cuatro comunidades autónomas (La Rioja, País Vascos, Castilla y León y Cantabria), pero por el momento sólo se ha solicitado permiso para actuar en uno de los pozos de la Llanada Alavesa, en el municipio de Vitoria, junto a Subijana. La intención inicial pasaba por realizar hasta 16 sondeos.
La empresa optó por una solicitud para evitar dicha declaración de impacto ambiental. De esta forma, el Ministerio de Medio Ambiente dio el visto bueno a esta técnica, que permitirá alcanzar ese gas que se encuentra a cerca de 4.500 metros de profundidad.
Una vez se hayan acometido los sondeos, habrá que esperar casi un lustro para conocer la viabilidad de la técnica, así como posibles decisiones de explotación.


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